Una importante revisión publicada por primera vez en la edición on line del 19 de julio de 2017 de The Lancet, identificó nueve factores modificables de alto riesgo relacionados con la demencia. De estos nueve, se descubrió que el factor de riesgo más alto era la pérdida de la audición en la mediana edad.
Los nueve factores son:
- Pérdida de la audición,
- Bajo nivel educativo,
- La inactividad física,
- Hipertensión,
- Diabetes tipo 2,
- Obesidad,
- Tabaquismo,
- Depresión, y
- Aislamiento social.
Estos factores, que generalmente son problemas de estilo de vida evitables, representan aproximadamente el 35% del riesgo general de demencia. El envejecimiento y los antecedentes familiares son factores más importantes (pero no evitables).
La revisión señaló que no solo la pérdida de la audición es el más alto de estos nueve factores de riesgo, también es un factor importante debido a su prevalencia, que ocurre en aproximadamente el 32% de las personas mayores de 55 años.
Según el informe, la pérdida de audición podría aumentar la carga cognitiva, el aislamiento social, o la depresión, lo que podría contribuir al acelerado declive cognitivo.
La revisión de 100 páginas fue desarrollada por la Comisión Lancet sobre prevención de la demencia. El equipo de más de 20 médicos e investigadores, revisó y evaluó la investigación y proporcionó recomendaciones basadas en la evidencia para prevenir, tratar y controlar la demencia.
La Comisión describió la demencia como el mayor desafío global para la salud y la asistencia social en el siglo XXI.
El costo global en 2015 se estimó en más de 800$ mil millones. La mayor parte de este costo se atribuye a los costos familiares y sociales en lugar de la atención médica.
Se espera que el número de pacientes con demencia se triplique en 2050 debido a una población en aumento y a una mayor longevidad.
No se dispone de estudios controlados sobre el efecto del uso de audífonos sobre el riesgo de demencia. Un importante estudio retrospectivo realizado por Hélène Amieva, PhD, de la Universidad de Burdeos descubrió que el grupo que usaba audífonos no experimentó el deterioro cognitivo que sufrió el grupo sin audífonos. Sin embargo no fue un estudio controlado, y es posible que los adultos que optaron por usar audífonos difieran en otros aspectos que los que no.
Cada vez hay más evidencia de que la pérdida auditiva tiene efectos mucho mayores que otras discapacidades sensoriales. Además de un mayor riesgo de demencia, los adultos con pérdida auditiva no tratada reportan mayor estrés, mayor aislamiento social y relaciones familiares más pobres, incluidas las relaciones conyugales.
La identificación y el tratamiento son pasos importantes para modificar los efectos negativos de la pérdida de audición no tratada.
Se necesita realizar más investigación para comprender la pérdida de audición y su asociación con el deterioro cognitivo y la demencia. Es importante que todos los profesionales de la audición se familiaricen con lo que ahora se conoce de manera global en la atención sanitaria como "The Lancet Report".
Por Dennis Hampton, PhD
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