Tener una conversación utilizando mascarillas y guardando la distancia de seguridad dificulta mucho la comunicación para la población normoyente, pero puede ser casi imposible para la población que padece hipoacusia. Hay una serie de consejos que podemos seguir para facilitar la comunicación.

K.F (65 años) no se ha aventurado mucho a salir de su casa desde el comienzo de la pandemia. No es solo por temor al COVID, tiene pérdida auditiva desde hace 30 años, es usuaria de audífono en un oído e implante coclear en otro. En estos momentos le resulta demasiado difícil navegar por un mundo en el que todos nos comunicamos repentinamente detrás de una mascarilla y a menudo, a gran distancia.

Estuvo en una reunión familiar, al aire libre y con todo el mundo usando su mascarilla y guardando la distancia de seguridad. Se sintió completamente desorientada, no podía escuchar a la gente con claridad ni podía apoyarse en la labiolectura, lo que a menudo le sirve de gran ayuda si se pierde alguna palabra. Hasta ahora no se había sentido tan aislada por su pérdida auditiva. Ahora el mundo es totalmente diferente.

Usar mascarillas es un desafío para toda la población en general, pero para aquellos que experimentan algún tipo de pérdida auditiva puede ser particularmente difícil.

Una mascarilla en si misma es una barrera física que bloquea el sonido, y al tocar los labios puede provocar que el sonido se distorsione. Hay que tener en cuenta también, que las personas con pérdida auditiva dependen de las señales visuales mucho más que los que no tenemos pérdida auditiva, una mascarilla les resta la capacidad para leer los labios y ver las expresiones faciales, lo que les ayuda mucho a comprender lo que están escuchando. Las pautas de distanciamiento, que son clave para nuestra seguridad, disminuyen también el nivel de sonido emitido y recibido por los hablantes. De hecho, estamos descubriendo que personas con pérdidas auditivas leves, que a priori no tenían problemas de comunicación, están acudiendo a los centros auditivos a corregir su hándicap auditivo ya que los desafíos de comunicación actuales sean mucho mayores.

Sin embargo, incluso con audífonos, usar una mascarilla, necesaria e importante para salvaguardar nuestra salud, puede crear dificultades de comunicación entre las personas.

1.    Hablar despacio y con claridad, no es útil gritar, aunque si hay que elevar un poco el tono de voz para contrarrestar los efectos de la mascarilla. Hay que vocalizar correctamente, enfatizando el comienzo y final de cada palabra, los sonidos consonánticos, que son los que más pierden las personas con pérdida auditiva.

2.    Hablar de frente (con la distancia social mínima), es importante que se establezca un correcto contacto visual, aunque sólo podamos ver los ojos, los gestos sutiles, como entrecerrar los ojos o levantar las cejas puede ofrecer importantes señales visuales.

3.    Usar unas mascarillas adecuadas. Las mascarillas con ventana transparente pueden hacer que la lectura de labios y las señales faciales sean más visibles. Pero hay que tener en cuenta que también distorsionan la voz, incluso más que las quirúrgicas. Se ha demostrado que este tipo de mascarilla reducen más el sonido que las quirúrgicas. Esta solución es especialmente útil para pacientes con pérdida auditiva severa, aquellos con perdida auditiva leve pueden llegar a escuchar mejor con una mascarilla convencional. Hay que recordar que este tipo de mascarillas todavía no cuenta con homologación ni con sello CE.

4.    Ajustar los audífonos. Muchos de ellos, dotados de conectividad, se pueden conectar al teléfono móvil, lo que permite ajustar el volumen en determinadas situaciones. Los audiólogos podemos crear un programa para uso de mascarilla, modificando los ajustes de ganancia en determinadas frecuencias.

5.    Probar aplicaciones de transcripción. Aplicaciones como Dragon o Google Live, mejoran la comunicación al convertir lo que se dice en texto en el teléfono móvil.

LA MEJOR SOLUCIÓN es alejar la correa de detrás de las orejas y ajustarla alrededor de la cabeza utilizando un lazo, o una diadema.

Es tarea de todos concienciarnos de las dificultades que nos presenta la actual situación sanitaria y prestar especial atención a las personas que sufren pérdida auditiva. Ayudarles a entender es ayudarles a socializar y a continuar con una vida plena.

La Laboratorios Nacionales de Acústica  (NAL) son la división de investigación de la audición Australia . Hearing Australia es un organismo legal establecido en virtud de la Ley de Servicios Auditivos de Australia de 1991. Desde 1947, la investigación de NAL sobre la audición ha abierto nuevas formas de ayudar a las personas con problemas auditivos.

NAL cuenta con alrededor de cuarenta investigadores que, con la ayuda de participantes voluntarios, llevan a cabo investigaciones dentro de sus cuatro departamentos:

1. Ciencia audiológica: realiza investigaciones innovadoras para mejorar la salud auditiva y la calidad de vida. También proporciona consultas de expertos en audiología y supervisión clínica para proyectos en NAL.
2. Ciencias del comportamiento: uso de la psicología y otras ciencias para investigar e implementar campañas para promover la salud auditiva.
3. Ciencias de la comunicación: investigar la eficacia de la intervención temprana y otros factores que influyen en la comunicación y los resultados psicosociales de los niños.
4. Procesamiento de señales: investigación y desarrollo de tecnologías innovadoras que surgen y conducen a nuevos descubrimientos científicos en NAL. También proporciona soporte técnico para tecnologías auditivas a socios de la industria.

Los resultados de sus investigaciones se publican en las principales revistas científicas y se presentan en conferencias. Varias invenciones de NAL se han adoptado internacionalmente y se utilizan en todo el mundo.

Usar una mascarilla durante los encuentros sociales se ha convertido en algo común para eliminar la propagación del COVID-19. Sin embargo, las máscaras faciales atenúan las altas frecuencias del habla de la persona que la llevan. Esto presenta un problema desafiante para la comunidad de hipoacúsicos para quienes la reducción en el nivel del habla puede afectar la audibilidad de las señales críticas del habla y, por lo tanto, dañar la comprensión.

Una solución para ayudar a los usuarios de audífonos es proporcionar un programa adicional en su audífono que aumente la ganancia para compensar los niveles reducidos de habla del hablante que usa la mascarilla.

La siguiente tabla proporciona ajustes de ganancia objetivo que se han mostrado tanto acústica como conductualmente para contrarrestar el efecto de las máscaras faciales en el habla. Para aplicar estos ajustes de ganancia, el audioprotesista debe copiar la configuración del programa principal en un programa de mascarilla facial especial y luego:

• Aplique los ajustes de ganancia lo mejor que pueda, dadas las capacidades del software de adaptación y del audífono;
• Asegúrese de que la ganancia aumentada no cause problemas de retroalimentación;
• Asegúrese de que el aumento de ganancia no cause un volumen incómodo para otros sonidos que no sean el habla enmascarada;
• Asegúrese de que el aumento de ganancia no cause problemas de calidad del sonido porque los audífonos hayan alcanzado los límites de salida o ganancia;
• Habilite los ajustes de máxima direccionalidad y reducción de ruido en el programa específico para mascarilla, y así reducir el volumen de los sonidos ambientales.
• Aplicar cualquier otra mejora práctica utilizada al realizar ajustes en los audífonos para garantizar la seguridad y satisfacción del usuario.

NAL ADVIERTE:

Si elige utilizar esta información, será bajo su propio riesgo. NAL no aceptará ninguna responsabilidad por pérdidas o daños en relación con el uso de esta información.

https://www.nal.gov.au/projects/