Corregir la audición cuanto antes, mejor

Si retrasa el acudir a un audioprotesista a que le adapte unos audífonos, está perjudicando aún más su audición. Con el tiempo, su percepción de los sonidos cambiará. ¿Por qué ocurre esto?.

Cuando oye un sonido es porque sus oídos han detectado las vibraciones en el aire y las han transmitido a través del oído interno al nervio auditivo. El nervio lleva la señal al cerebro y este la procesa, la reconoce, y la clasifica. Para que la corteza auditiva funcione correctamente necesita estar en activo, igual que cualquier otro músculo del cuerpo. Si deja de practicar deporte durante unos meses, los músculos de su cuerpo comienzan a relajarse y perder su tono y fuerza. Si decide volver a practicar de nuevo se dará cuenta de que sus músculos no son tan fuertes como antes. Sus piernas le dolerán y se cansará fácilmente. Ha perdido la fuerza de sus músculos por no haber sido ejercitados, comenzando a debilitarse.

A su cerebro le sucede exactamente lo mismo. Si deja de utilizar parte de él, o si las señales ya no llegan correctamente, se va a desviar la energía hacia otras zonas. Varios estudios e investigaciones respaldan esta afirmación.

En uno de estos estudios, sujetos con pérdida de audición inducida por ruido en ambos oídos se les adaptó un solo audífono.

Algunos años más tarde, su audición fue evaluada y no se había producido más pérdida en ambos. Sin embargo, cuando se les adaptó dos audífonos, eran incapaces de comprender el habla por ese oído que no había sido estimulado. Así que a pesar de que el umbral de audición no había empeorado, su percepción del sonido sí que había cambiado.

Esto era debido a que no se había estimulado ni el nervio auditivo, ni la corteza auditiva, y eran incapaces de procesar el sonido en palabras reconocibles. El cerebro de un normo-oyente es capaz de captar y separar el habla entre ruido de fondo y darle sentido. Para los sujetos estudiados, esta capacidad se había perdido (efecto cocktail party).

Esto demuestra la importancia del tratamiento temprano, y de contar con unos audífonos que mantengan el sistema auditivo en activo.

En un estudio diferente se compararon imágenes por resonancia magnética de personas con pérdida de audición severa y personas con audición normal. Estos análisis mostraron que la corteza auditiva fue menor en los participantes con pérdida auditiva, respaldándose la teoría de que las partes no utilizadas del cerebro comienzan a disminuir o desaparecer cuando no se utilizan. Una vez que se pierden las células del cerebro, estas no se reemplazan.

El cerebro comienza a reducir su volumen a medida que envejece, sin embargo al explorar a personas con audición normal, estas tienen una corteza auditiva más grande. Y esto significa que no se produjo ningún cambio en su capacidad para reconocer y procesar los sonidos.

En general hay cierto estigma entorno al uso de audífonos. La mayoría de la población piensa que les va a hacer parecer más mayores, ignorando que hoy en día son unos dispositivos discretos y sofisticados, y con el tiempo se ignoran los problemas auditivos, y es entonces cuando se agravan. 

Los audífonos mantienen los nervios auditivos y el cerebro estimulado y saludable. Esto significa que incluso si su audición comienza a empeorar con el tiempo, con la amplificación correcta será capaz de procesar sonidos y entender conversaciones.

Si ha tenido pérdida auditiva sin tratar durante un tiempo, costará más que su cerebro se acostumbre al sonido de nuevo. Su audiólogo le acompañará en todo este proceso despejando sus dudas y realizando todos los ajustes necesarios.

Cuanto antes reciba ayuda y consejos sobre pérdida de audición, y adquiera sus audífonos, más fácil le será aprender a escuchar con ellos, ya que la intervención temprana garantiza que el nervio y la corteza auditiva se utilicen en todo su potencial.