El ruido en el entorno laboral
Las ondas que constituyen el sonido, si se reciben con intensidad desmesurada, producen hipoacusia por excesiva estimulación del órgano de Corti. Cualquier sonido, incluso la música más sublime, si llega a nuestro órgano auditivo a una gran intensidad, va a producir lesiones cocleares irreversibles. La diferencia entre sonido y ruido es puramente subjetiva; la naturaleza del sonido y la del ruido es la misma, el modo como lo denominamos depende de la actitud con que escuchamos.
En la naturaleza solo se producen ruidos de intensidad moderada. Es difícil encontrar fuentes naturales de energía sonora capaces de incidir de manera lesiva en los seres vivos; el ruido que produce el trueno, las tempestades o las grandes cataratas es limitado en el tiempo o en el espacio.
Aunque ya se conocía el ruido como factor perjudicial para la salud cuando el hombre empezó a trabajar los metales (Edad de los Metales , Magna Grecia), o la llamada sordera de los artilleros con la utilización de la pólvora con fines militares, es en la revolución industrial del siglo xix cuando se origina una proliferación de la maquinaria pesada y del transporte motorizado, con medios tecnológicos muy ruidosos.
En la segunda mitad del siglo xx surge con fuerza una innovación cultural, la utilización del ruido y el sonido como aferencia sensorial lúdica. La música, a gran intensidad, es el principal reclamo de los lugares de encuentros y esparcimiento. Los conciertos de música moderna se ofrecen a la mayor intensidad posible, en las discotecas es frecuente encontrar niveles sonoros de más de 110 dB, y los altavoces, que pueden estar solo a un metro de los oyentes, producen un nivel de presión sonora de 120-130 dB. El ruido comienza a ser lesivo para el oído a partir de los 80 dB de intensidad.
Factores que inciden en el desarrollo de las lesiones otológicas inducidas por el ruido
- La intensidad sonora cuando es superior a 80 dB.
- El tiempo de exposición al ruido, cuanto más tiempo más lesión.
- La frecuencia del sonido. Las más lesivas son las situadas entre 2000 y 3000 Hz, las más bajas a 2000 o más altas de 3000 acarrean menos deterioro.
- El ritmo del ruido. Son más perniciosos los ruidos discontinuos o intermitentes, siempre que la pausa sin ruido sea breve. Si tenemos tiempos de recuperación en silencio suficientemente prolongados, al tolerancia es mejor.
- La susceptibilidad individual. Unos sujetos sufren mucho antes daño auditivo que otros.
- Otros factores. Edad, estado general, condiciones de trabajo y enfermedades otológicas.
Trauma acústico agudo
Se necesita gran energía sonora para su aparición, y ocurre principalmente en individuos relacionados con determinadas profesiones: armeros, militares, canteros, mineros, técnicos en explosivos, personal de discotecas, o en otras situaciones accidentales como cazadores y explosiones fortuitas.
Aparecen síntomas como: acúfenos e hipoacusia neurosensorial, que con el paso del tiempo pueden desaparecer, disminuir o permanecer constantes. Pueden desencadenarse fenómenos de Tullio en el que aparecen síntomas vestibulares, vértigo, nistagmus, oscilopsia, desequilibrio y reacción de inclinación ocular de origen otolítico. También pueden darse trastornos del equilibrio.
Trauma acústico crónico
Enfermedad profesional en sujetos que ejercen ocupaciones en un medio en el que se mantiene prolongadamente un ruido de más de 80 dB: caldereros, metalúrgicos, disc jockeys, empleados de las industria aeronáutica, etc.
Síntomas psíquicos: Cambios de carácter, se tornan irritables, agresivos y van cayendo en una falta de atención por el trabajo que realizan. Puede verse inmerso en situaciones de insomnio, ansiedad o neurosis o angustia.
Síntomas audiológicos: En los primeros estadios de exposición al ruido nota acúfenos y sensación de ensordecimiento, que desaparecen durante el descanso y reaparecen en la siguiente jornada laboral. Más adelante estos síntomas se hacen ya definitivos y no se interrumpen ni siquiera después de períodos prolongados en ausencia de ruido.
Existe una perfecta relación causa/efecto: si cesa la exposición al ruido, se detiene la progresión a la sordera.
Tratamiento
Las lesiones otológicas producidas por el ruido no tienen tratamiento; una vez instaurada la hipoacusia no tiene ninguna posibilidad de remisión. Únicamente ante un trauma acústico agudo, si se actúa inmediatamente cabe la esperanza de poder mejorar las secuelas auditivas (corticoides, vasodilatadores, gas carbógeno u oxígeno hiperbárico, resveratrol, furosemida como protector antes de la exposición al ruido, ácido salicílico).
Al no existir ninguna terapéutica claramente útil, el esfuerzo debe dirigirse a la prevención del problema; utilizando correctamente las medidas profilácticas adecuadas se puede reducir de manera drástica la prevalencia de la sordera por trauma acústico.
Profilaxis
- Control audiométrico periódico. Diarios, semanales, mensuales, trimestrales o anuales, según se estime oportuno.
- Estudio de la susceptibilidad individual.
- Medidas de protección individual. Se debe exigir el uso del protector antirruido a toda persona que tenga que permanecer en ambientes en que exista una energía sonora de intensidad igual o superior a 80 dB, tapones antirruido, cascos antirruido. En todos ellos se debe venir especificado el índice de atenuación que proporcionan y que sea el adecuado a la agresión sonora que sufre el usuario.
- Medidas de protección colectiva. Aislamiento acústico de la fuente de ruido,sistemas de arquitectura antirruido, control del nivel sonoro, establecimientos de descansos periódicos en ambientes silenciosos.
Protectores antirruido
Los tapones o protectores antirruido están hechos a medida y equipados con un filtro intercambiable, dependiendo de la necesidad de atenuación.
Los revolucionarios filtros proporcionan una atenuación plana por lo que el sonido de su música favorita no se distorsiona. Los tapones para los oídos pueden tener una
atenuación de 10 dB, 16 dB ó 23 dB, ideales para asistir a conciertos, discotecas y festivales de danza. Están hechos de silicona, material suave, cómodo
y ligero, y permiten disfrutar de una óptima experiencia musical, además de permitir una perfecta inteligibilidad de la conversación normal.
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